Tres de Trea

La rotunda expresividad de la escultura de Juan Muñoz, expuesta en la pasada edición de ARCO en la Galería Elvira González, es un buen motivo para presentar la última jornada del ciclo de lecturas organizado por la librería Cervantes de Oviedo en colaboración con Trea Ediciones. Será el martes 28 de marzo a las 19:00 horas en el Foro Abierto de dicha librería. Una de las virtudes que ha tenido este ciclo es la de sustentar el desarrollo de cada acto en el azar. Al menos aparentemente, la elección de los autores reunidos en el mismo sofá cada martes por la tarde ha sido una especie de cita a ciegas, una lotería interna en el bombo de Trea dispuesta a validar cualquier combinación posible. De ser así, cada acto, en su conjunto,  podría haber sido otros muchos. Para cerrar el ciclo de lecturas, el bombo fue generoso y dio como resultado una de las combinaciones más atractivas de todas las posibles: Esther Prieto (1960), Juan Carlos Gea (1964) y Luis Muñiz (1964).

Esther Prieto es una referencia permanente de la madurez que ha ido adquiriendo la literatura en llingua asturiana durante las últimas décadas. Ha contribuido al desarrollo de su narrativa infantil, a la fundación y difusión de diversas revistas de creación literaria, a la normalización gramatical, a la madurez narrativa de la novela en asturiano y a la evolución de su lenguaje poético. Su libro más reciente es Tres de la quema / Después de la quema (Trea, 2016), una recopilación bilingüe de su poesía reunida.

Juan Carlos Gea ha dejado un excelente sabor de boca con los libros de poesía Trampa para niebla (Diputación de Albacete, 1990), El temblor. Lisboa, sábado de Santos de 1755 (Trea, 2005), Occidente (Trea, 2008) y la plaquette Rompehielos (2008). Ha publicado también diversos ensayos relacionados con el mundo del arte. Es autor de una espléndida biografía de Jovellanos titulada Jovellanos o la virtud del ciudadano (Trea, 2011).  Nacido en Albacete, desarrolla en Asturias una amplia trayectoria como periodista, sobre todo en el ámbito cultural, vinculado a diversos medios. En la actualidad es redactor del diario digital La Voz de Asturias.

Luis Muñiz ejerce también la profesión de periodista como analista político y crítico cultural en el diario La Nueva España. Aunque comenzó a publicar relativamente tarde, necesitó muy poco tiempo para ganarse a crítica y lectores con unos registros inusuales en la poesía española actual. Es autor de Un fragor indeterminado  (Trea, 2008), Libro segundo (Trea, 2011), Tríptico de Reyes (Trea, 2011), un libro de coleccionista ilustrado con láminas del pintor Hugo Fontela y traducido al inglés por Lawrence Schimel, y Memoria de contacto (Trea, 2016).

En esta ocasión, César Iglesias será el encargado de conducir el acto y despedir un ciclo que con su formato ha contribuido a dinamizar la uniforme gravedad que en ocasiones suelen tener los encuentros de público y lenguaje poético.


cuestionario

1.- ¿Hasta qué punto estás satisfecho con tus libros publicados hasta el momento?

2.- ¿Te ha proporcionado la escritura poética un plus de intensidad vital que no habrías tenido sin ella o la consideras como algo más accidental, una especie de juego creativo con menor incidencia en tu vida?

3.- ¿Qué aspectos positivos y negativos presenta, desde tu punto de vista, la vida cultural en Asturias actualmente?


Esther Prieto

(Cabrales, Asturias, 1960)

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1.- Soi una persona eternamente insatisfecha coles coses que fai (del tipu que sían) y pásame lo mesmo (más acentuao) cola escritura. Doi munchísimes vueltes primero de dalo por terminao y mandalo a imprentar y en llegando’l llibru entamo a ve-y defectos: esto meyor dixéralo d’esta manera; esta palabra nun concasa con esta nesti versu… Depués d’un día o dos escaezo’l disgustu que garro por eses tonteríes y yá quedo satisfecha.

2.- Sí, la escritura (sobre manera la poética) diome un plus d’aguante de la vida: sin ella nin sedría la que soi nin me diba ser tan fácil (pordicir) aguantame a migo mesma, al mundu y a la vida. La poesía pon orde nel caos que soi y amataga’l dolor y amansa los demoños que lleven comigo dende nena.

3.- Nesti casu creo que más bien he contestar pola mio respuesta a la vida cultural asturiana: vivo dándo-y el llombu dafechu. Y d’esa manera nun ye fácil falar d’ello, pero dame la impresión que n’Uviéu ta cambiando un daqué y habiendo más movimientu. En tou casu la xente qu’escribe n’asturianu ye totalmente desconocío pol común de los asturianos. Y ehí, pamidea tanta culpa tien «quien mata como quien tien pola pata», ye dicir, hai un problema de comunicación ente escritores y sociedá asturiana. ¿Por qué? Porque quien escribimos n’asturianu hai unos años creímonos mui llistos y porque la sociedá asturiana mira más pa otres partes: Benidorm, la feria d’abril sevillana, la Selmana Santa a lo andaluz… Y ponemos na botella: Sidra d’España y nel tarru miel, más de lo mesmo: Miel d’España… Y l’arte asturianu pasamos a llamalu prerrománicu, y asina nun hai quien s’avere a la xente d’Asturies si tolo que-y presta ye de fuera. Tendríemos que nos lo facer mirar  toos: axentes culturales, escritores, meleros, sidreros, llagareros… y hasta costaleros de nuevu cuñu y devotos de Frascuelo y de María… El problema d’Asturies ye que cada día ta más lloñe del mundu, pero sobre manera más lloñe de sigo mesma. Pero tamién hai movimientos interesantes y que déxennos polo menos a ratinos ser optimistes: les timbes poétiques de Pablo X. Suárez, Laura Marcos, Miguel Allende… editoriales que nacen con nuevu puxu y salvia nuevo… Xente mozo qu’escribe y que tien madera pa ello… Rodrigo Cuevas y Lady Llagar, Anabel Santiago y Marisa Valle Roso, compañíes de teatru profesionales d’altura… Namás hai que saber xestionar toa esa bayura cultural que da la xente d’equí, esin escaecer pa nada lo de fuera, porque lo meyor ta n’aprender d’equí y d’ellí… Tenemos museos como’l Belles  artes o l’Arqueolóxicu que son dos xoyes en sigo mesmos y en Xixón el Barjola, el Piñole… Namás nos falta ponelo en valor y que nun tean los edificios más representativos de la nuestra cultura (l’arte asturianu, un suponer) abiertos de 10 a 12, de la que’l cura va poner misa…


COMO TIERRA ARRASAO
Salimos de casa distantes y callaes.
Yo guié pa l’autopista en dirección a Uviéu,
tu crucesti la ponte nueva cola bicicleta de ramal
y una guapa sorrisa nos llabios gruesos.
Foi la última vez que te vi.
Depués
quedemos como tierra arrasao tres de la quema.

[De Tres de la quema / Después de la quema, Trea, 2016]


Juan Carlos Gea

(Albacete, 1964)

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1.- Con que no se te caiga la cara de vergüenza ante algo que escribiste, la prueba de la satisfacción estaría por lo que a mí respecta superada. Y, con toda sinceridad, no consigo avergonzarme, por mucho que me empeñe, de ninguno de los tres libros tomados en conjunto (otra cosa diría seguramente de algunos poemas o algunos pasajes) ni de la plaquette Rompehielos, de la que siempre estuve especialmente orgulloso. Me basta con ser capaz de encararme con ellos sin pasar de los episodios de rubor, las reconvenciones —más socarronas que otra cosa, y en el fondo un poco envidiosas— del cincuentón al primerizo y una especie de compasión retrospectiva ante el dispendio de horas, esfuerzos y papel en los libros más recientes. Salvo eso, considero mi dignidad y la suya a salvo. Cada uno de ellos tuvo su necesidad, impuso con franqueza sus condiciones y me dio sus alegrías cuando hay que darlas, que es durante el proceso de su escritura. Incluso alguno, muy de vez en cuando, años después, ante los elogios de algún lector intempestivo.

2.- Respecto a la segunda parte de la pregunta, yo invertiría el planteamiento: aquella escritura salió de un plus de intensidad vital y no al revés, con independencia de que escribir contribuyese además a retroalimentar la intensidad de mi vida entonces (y mucho, y a deshoras). Llevo nueve años sin escribir ni un solo verso y lo cierto es que echo de menos no tanto la escritura de poesía como ese estado bipolar de excitación y decepción, hallazgo y pérdida, lucidez y extravío que alcanzas en los mejores momentos de la escritura de un poema. Todo lo cual no quita para que fuese, por supuesto, «juego creativo», como lo es toda la literatura sin excepción, y «algo accidental», como lo es todo sin excepción —poesía incluida, y más la mía— del Big-Bang a esta parte.

3.- El positivo es que la hay, mucha, variada y talentosa. El negativo, que vive casi sin excepción en las catacumbas, olvidada o despreciada por todos los que no forman parte de lo que mi paisano Martínez Sarrión llamaba con coña los «conjurados» y que yo ahora mismo preferiría llamar «resistentes». Asturias tiene en el subsuelo una riqueza que no ve, o que desprecia abiertamente. Algo que no debe extrañar en una sociedad a la que, si se le pregunta cuál es la gran aportación cultural de Asturias al mundo contemporáneo, te dirá seguramente que el cachopo.


BAJAMAR

Este es el cesto de las piedras exhumadas.

Estos son los objetos
sin perfil y sin nombre.

Estos peces creían que el mar era eterno
pero el mar los ha expulsado.

Este rostro es el tuyo en espejos trizados,
pequeñas marismas sobre el limo.

Este es el territorio
que el agua ha conquistado a la certeza,

y esta sórdida vendimia es la memoria.

[De Trampa para niebla, Diputación de Albacete, 1990]


Luis Muñiz

(Caborana, Asturias, 1964)

Luis Muñiz by Mª Jesús Flórez
fotografía: @María Jesús Florez

1.- La satisfacción la obtengo cuando termino un poema, pero dura poco; enseguida le encuentro fallos: inestabilidades rítmicas, tropiezos en el fraseo… cosas así. Y cuando lo leo publicado, aun es peor; sin embargo, como ya no tiene remedio, me concentro en escribir el siguiente, no en reescribir el anterior. Me parece deshonesto reescribir un poema para darle otro sesgo, mientras se conserva su factura formal porque satisface al ego.

Me divierte escribir, eso sí me satisface; lo demás, hacer acopio de poemas para un libro, estructurarlo y luego publicarlo, me da mucha pereza; es una tarea que nunca me deja contento (aunque eso nos pasa a todos, supongo) y creo que hasta me irrita. Me veo más como un autor de poemas que como un autor de libros, y estoy satisfecho de algunos de los poemas que he publicado. De los libros como tales, el que más me gusta es el último, Memoria de contacto: como libro, es el que está mejor compuesto; el primero era una colección de pareceres del que tuve que eliminar una sección entera porque no encajaba en el conjunto, y el segundo disparaba en todas las direcciones y carecía de un centro irradiador.

2.- El juego está en el interior del poema, en la manipulación de sentidos, ritmos y sonidos; pero no concibo la poesía como un juego, sino como una actividad, nutrida por la vida, que genera objetos para la vida. Sirve para que uno se conozca mejor y conozca mejor, también, lo que tiene alrededor. Y sí, a mí me proporciona un plus de intensidad vital, aunque no por la satisfacción de haber generado unos objetos lingüísticos, sino por lo que uno aprende y descubre mientras los genera.

3.- No soy quién para decirlo porque no me considero parte activa de la vida cultural, ni de Asturias ni de ningún otro lugar: haber publicado tres libros de poesía no remedia eso. No voy al cine ni al teatro ni a conciertos, y los pocos libros que compro no suelen ser de autores asturianos ni del presente. Leo mis poemas cuando me invitan a hacerlo, pero lo hago más por cortesía que por interés, y nunca obtengo demasiada satisfacción.

Cultura es una palabra que no gasto; como todas las demás grandes palabras, esas que a la gente le gusta escribir de mayúscula: libertad, democracia y, últimamente, emprendimiento. No sé que es cultura y qué no; pero, ya puestos, diría que cultura es no tener que soportar estupideces en las redes sociales, ni enterarme de los intríngulis de las vidas ajenas en el autobús gracias a la omnipresencia del móvil. Cultura, para mí, es tener menos ruido alrededor. Con eso me doy por satisfecho.

Y si el aspecto negativo de la vida cultural en Asturias es que los “creadores” no tienen suficiente apoyo de las instituciones públicas, no me parece un obstáculo, sino un acicate. Además de una garantía de independencia.


Ya que las estrellas pueden haber muerto
al llegar su brillo

admiramos cosas que quizá no existen
y para nosotros

sin embargo son
viven todavía–

la luz emitida
la que percibimos

esa diferencia que es un continuo
y no obstante es

infinitamente

pozo metafísico
y castigo cierto

nos echa de veras al hondón sin límites
de donde nos toman

creencias y fórmulas
para soldar todo –y dejarlo todo

infinitamente
sujeto al azar

que es nuestra forma de hacer, sin hacer
la pregunta única

mientras la materia se expande
y elude nuestra indagación

de techos y andamios
y cielos exentos de sus estructuras.

[De Religare, inédito]


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