El libro Teselas de Carmen Crespo ha obtenido la XIII edición del Premio de Poesía César Simón que impulsan la Universitat de Valéncia y la editorial Denes. El jurado, coordinado por Begonya Pozo, e integrado por Arturo Borra, Iván Brull, Jesús González, Miriam Reyes y Pilar Verdú, se ha decantado por un libro en el que el lenguaje poético asume un significativo riesgo formal donde destaca una construcción fragmentada y apuntada ya desde el título. Como sugiere la comunicación del jurado, “… los hilos, poco a poco, dibujan puntos de conexión dentro de una totalidad no delimitada, anclada en un Mediterráneo mítico, donde la voluntad de generar un sentido completo se propone desde poemas-cabo que actualizan ese espacio a través de una mirada-cuerpo que se sabe isla y centro, herida y cicatriz, voz y silencio”. ¶ La presentación al público de Teselas tuvo lugar el pasado 25 de febrero en la Librería Enclaves de Madrid y contó con la presencia de Carmen Crespo, Begonya Pozo y de Luz Pichel, cuyo texto de apertura reproducimos junto con una selección de poemas realizada por la propia Carmen Crespo. Si bien la puesta en escena de este tipo de poesía suele estar acompañada de cierta gravedad, el acto llevado a cabo en la Librería Enclaves destacó por la distendida complicidad entre las tres mujeres sentadas a la mesa. Se pueden sacar algunas conclusiones de esto. O no. En todo caso, bienvenida distensión.
/ por Luz Pichel /
No figurar. Minus/cular la letra, colar lo que se requiere velando la retórica y la gramática para que se noten sólo un poco aunque sean mucha, velando lo sentido, el sentido, dirigiendo la atención del lector hacia el significante y su dispersión. La tesela termina inacabada en su sintaxis. Como se corta el vidrio para la vidriera, así a diamante se corta la tesela. Algunas palabras han sido destacadas en cursiva pero por qué, por qué esa cursiva, sagrado, dime dolor, tú, ola, sino. ¿Con quién se dialoga o con qué cosa o con qué otras palabras en otros tiempos o en otros textos? ¿Por qué hemos de leer esas palabras de otra manera? Ni en la vidriera (mosaico, collage o farrapeira) se van a completar esos pedacitos, anaquiños de verba.
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La que visita una catedral se sienta en el banco toda tranquilita y las contempla, las vidrieras. El ritmo, a la lectora de TESELAS, le viene dado lento, la vidriera pide lentitud a la mirada, por eso tampoco no daña los ojos, (non fai mal ningún) porque filtra la claridad.
No tiempo, duración: la lectora también escribe al leer, escribe en su cuerpo, le gusta eso. Leer TESELAS es vivir un tiempo que luego va a quedar ahí, donde quiera que sea ese ahí, memoria o piel. Quizás lo mejor que le pueda pasar a un libro sea eso, que no se vaya nunca de ahí.
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Roca y arena, templo y arcilla, ruina de lo de ayer y toda esta ruina nuestra que las heriditas van nombrando. Escultura y cuerpo, obra y referente; referente atenuado hasta casi ni estar, la rodilla, la mirada, el padre, qué padre, el padre de quién, la que viaja, la que mira, un tú, un yo, un ella, quién, la que se cura pero de qué, con la luz, con la tantísima luz de allí, digo, de aquí, la del sol.
Teselas
el dolor es sagrado sagrado como el hueso de mi rodilla o el envés de los alambres entonces dime dolor entonces de qué cielo provienes de qué corazón si tú ya no eres sino ola en la cresta de la ceniza si tú ya no eres sino si tú
tú que aún no eres cúmulo paisaje o piedra arrojada a la colina tú que resguardas los miembros bajo los espinos bajo las colmenas grises de las laderas desde qué mástiles tú desde qué estrella tú muestras la herida el filo de más acá la luz
algo en el viejo ardor de la vértebra en su linde allá donde el espinazo es puro cántaro allá donde tú kouros adelgazas con tu luz la penumbra la carne el hilo algo en lo hondo allá
un revuelo ahí donde tú esculpes con la hoguera de tus brazos el rostro o la carne tú que ciñes con la boca la fuente el pulso que transita ahí sí ahí donde la piel no es sino torbellino ahí donde tú sonríes por dentro mientras oh bella tú sonríes por
piedra que une el ojo a la sustancia del paisaje piedra sobre piedra no es muro sino tallo lana hurgando en las lindes en ejidos donde el rigor del corazón cuartea y cruje como un casco desterrado donde la tirantez del corazón zozobra donde
Carmen Crespo (Cáceres, 1962) ha sido incluida en diferentes antologías, como Voces nuevas (Toremozas, 2012), Poemáticas naturales (Entricíclopes, 2013) y Voces del desierto (Unaria Ediciones). Hasta el momento, ha publicado los libros de poemas Tal vez huésped (Devenir, 2014), Márgenes que no (I Premio de poesía Versos al Aire de la Fundación Centro de Poesía José Hierro, 2015) y Todo ardió luminoso (Amargord, 2016). También es miembro del consejo de dirección de la revista digital de poesía conVersos.